Los vínculos que la sección de orientación del Club de Montaña Pirineos tiene con las Cinco Villas me llevaron a apuntarme en la prueba de bicicleta orientación organizada en Farasdués el 12 de septiembre de 2010. No soy un gran aficionado a la bicicleta, mis prestaciones son discretas y no disfruto mucho de un esfuerzo que me resulta siempre demasido exigente, pero siempre tiene aliciente combinar la bicicleta con el deporte de orientación y, que se celebrase en las Cinco Villas, era motivo suficiente.
He tenido que bucear en mi archivo de mapas para saber cual fue mi última prueba de bicicleta orientación, la menmoria me flaqueaba, y con razón, mi última participación data del 03 de abril de 2005 en la Sierra de La Ginebrosa. Cuando he visto el mapa me han invadido los únicos recuerdos que conservo: cansancio, superado por el relieve y la exigencia física. Han pasado mas de cinco años. El dato es elocuente respecto a mi afición por esta disciplina.
Una vez en la plaza de Farasdués, hablando con Raúl Faure, ya dejo claras mis intenciones: terminar sin sufrir demasiado. No soy ambicioso, sólo quiero acabar sin hacer demasiados kilómetros de más y sin averías mecánicas.
Salgo el primero (a las 9:34AM) y, realmente, me cuesta adaptarme a la cartografía de BTT (más escueta que la de orientación a pie) y a la escala 1:20000. Al leer 1:20000 pienso en grandes distancias y me paso el primer cruce, al reubicarme en el cruce correcto ya he cedido 13 minutos y tengo varios kilómetros de mas en las piernas. Pero aquí no acaban los problemas iniciales, busco referencias adicionales demasiado finas que me descentran, pero lo que realmente ocurre es que sigo pensando en distancias más largas de lo que realmente son. Cuando por fin consigo adecuar las distancias reales con las distancias en el mapa ha pasado exactamente una hora que es lo que me ha costado encontrar las tres primeras balizas (la 33, la 51 y la 54). A partir de ese momento encadeno diez balizas consecutivas sin ningun error. Casi siempre en ligero descenso y sin error en los cruces llego, incluso, a disfrutar. Estas diez balizas intermedias (47,45,42,53,34,41,40,35,55 y 37) me cuestan 1h:11.
Sin embargo, cuando todo parecía terminado, por terreno fácil y pistas rápidas cometo dos nuevos errores, muy similares, al interpretar cruces de pistas. Entiendo que los cruces balizados con dos trazos del mismo grosor son de pistas de igual importancia y me paso dos cruces (balizados de esa forma pero de pistas de diferente importancia), uno en la baliza 56 que me hace salirme del mapa y perder unos diez minutos (me cuesta 18 minutos ir de la baliza 37 a la 56) y otro en la baliza 57 que me hace perder en torno a cinco minutos. Superados los inconvenientes de estas dos balizas tan rápidas ya sólo quedan las dos últimas balizas: la 52 y la 32, que termino sin problemas. En total 3h:02´:19, sin averías mecánicas ni pinchazos. En resumen: algún kilómetro de más, una salida de mapa identificada a tiempo pero, sin grandes agobios físicos y muy cerca de lo esperado.
He tenido que bucear en mi archivo de mapas para saber cual fue mi última prueba de bicicleta orientación, la menmoria me flaqueaba, y con razón, mi última participación data del 03 de abril de 2005 en la Sierra de La Ginebrosa. Cuando he visto el mapa me han invadido los únicos recuerdos que conservo: cansancio, superado por el relieve y la exigencia física. Han pasado mas de cinco años. El dato es elocuente respecto a mi afición por esta disciplina.
Una vez en la plaza de Farasdués, hablando con Raúl Faure, ya dejo claras mis intenciones: terminar sin sufrir demasiado. No soy ambicioso, sólo quiero acabar sin hacer demasiados kilómetros de más y sin averías mecánicas.
Salgo el primero (a las 9:34AM) y, realmente, me cuesta adaptarme a la cartografía de BTT (más escueta que la de orientación a pie) y a la escala 1:20000. Al leer 1:20000 pienso en grandes distancias y me paso el primer cruce, al reubicarme en el cruce correcto ya he cedido 13 minutos y tengo varios kilómetros de mas en las piernas. Pero aquí no acaban los problemas iniciales, busco referencias adicionales demasiado finas que me descentran, pero lo que realmente ocurre es que sigo pensando en distancias más largas de lo que realmente son. Cuando por fin consigo adecuar las distancias reales con las distancias en el mapa ha pasado exactamente una hora que es lo que me ha costado encontrar las tres primeras balizas (la 33, la 51 y la 54). A partir de ese momento encadeno diez balizas consecutivas sin ningun error. Casi siempre en ligero descenso y sin error en los cruces llego, incluso, a disfrutar. Estas diez balizas intermedias (47,45,42,53,34,41,40,35,55 y 37) me cuestan 1h:11.
Sin embargo, cuando todo parecía terminado, por terreno fácil y pistas rápidas cometo dos nuevos errores, muy similares, al interpretar cruces de pistas. Entiendo que los cruces balizados con dos trazos del mismo grosor son de pistas de igual importancia y me paso dos cruces (balizados de esa forma pero de pistas de diferente importancia), uno en la baliza 56 que me hace salirme del mapa y perder unos diez minutos (me cuesta 18 minutos ir de la baliza 37 a la 56) y otro en la baliza 57 que me hace perder en torno a cinco minutos. Superados los inconvenientes de estas dos balizas tan rápidas ya sólo quedan las dos últimas balizas: la 52 y la 32, que termino sin problemas. En total 3h:02´:19, sin averías mecánicas ni pinchazos. En resumen: algún kilómetro de más, una salida de mapa identificada a tiempo pero, sin grandes agobios físicos y muy cerca de lo esperado.
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