27 julio 2010

18-07-2010 Pico Aspe. II Memorial Fernando Tena


El pasado 18 de julio de 2010 el Club de Montaña Pirineos organizó una pequeña actividad de montaña con el objetivo principal de recordar a Fernando Tena, un amigo, compañero y socio del Club tristemente desaparecido el 20 de julio de 2008 cuando realizaba la escalada de la arista este del Pico Aspe "vía murciélagos". No teníamos ninguna otra pretensión que juntarnos para disfrutar de la pasión que compartíamos con él, caminar, escalar y disfrutar de la naturaleza y de la montaña. En esta ocasión se decidió subir al Aspe por la ruta normal del valle de Aisa.

Un nutrido grupo de miembros del Club y amigos nos juntamos en Jaca a las 8:00AM, desayunamos y salimos sin prisa hacia Aisa y el final de la pista asfaltada que remonta el valle. A las 9:50 iniciamos la ascensión con buen ánimo y buen día. El desnivel y el trazado de la senda iban a exigir de nuestra mejor voluntad.

El itinerario comienza al final de la pista del valle de Aisa. Los coches no pueden llegar hasta los pastos superiores del valle por lo que comenzamos a andar por la pista hasta que esta alcanza los pastos del barranco de Iguer y comienza a llanear. Superado el refugio de pastores de Saleras, que queda a la izquierda, deberemos abandonar la pista, a la derecha, por encima de un pequeño salto de agua en el cauce del barranco. La bifurcación no resulta clara y las trazas de la senda tampoco, pero debemos dirigirnos hacia espolón herboso que divide la parte baja de la cara sur del pico y pronto encontramos el camino.

Hasta la afloración caliza blanca, tan característica de esta vertiente, la senda asciende sin descanso y sin lazadas. En la base del escalón rocoso gira a la derecha buscando la parte más accesible para ascender hasta la brecha que se abre en la parte superior del resalte y que es bien visible durante toda la subida. Alcanzada la brecha comienza el incómodo, pero menos empinado, tránsito por el lapiaz. Lleno de hitos, la travesia de este caos de agujeros y estrías rocosas puede hacerse casi por cualquier sitio, eso sí, dando mas o menos rodeos.

Superado este laverinto de agujeros y estrías rocosas la parte final de la ascensión se ve ya clara y franca, hay que dirigirse hacia el collado que separa el Pico Aspe del Pico Llana de la Garganta y después remontar la arista oeste del Pico Aspe. La ruta es clara pero dura. La arista oeste es empinada e incómoda (por el afilado lapiaz de la parte baja y la roca descompuesta de la parte superior) pero el buen ánimo todo lo vence y, finalmente, accedemos a la ancha cima del Pico (son las 13:00h, nos ha costado un poco mas de tres horas, paradas incluidas).


Las vistas y el recuerdo del amigo perdido llenan nuestro espíritu y reconfortan del esfuerzo realizado. No tenemos prisa por bajar y dejamos que pase el tiempo. Algunos compañeros estan realizando la "via murciélagos" de la arista este y los esperamos hasta verlos aparecer en la cresta cimera. Es momento de disfrutar de las cosas sencillas que nos unen y compartirlas con Fernando esté dónde esté. No puedo dejar de pensar en lo cerca que caminamos de la muerte sin ser conscientes de ello, la muerte de una persona tan capaz y tan prudente es un ejemplo de que los accidentes pueden ocurrir en cualquier sitio y a cualquier persona.