Después de una temporada 2011-2012 bastante regular en cuanto a participación en pruebas, resultados y sensaciones, la temporada 2012-2013 (Septiembre-Junio) ha empezado bastante mejor. El primer mesociclo de volumen (hasta diciembre) me resulta bastante facil de progamar y entrenar y la Carrera de Montaña de Mularroya es una cita inescusable del calendario. Es una carrera de montaña (de fortalecimiento), cercana a Zaragoza y que se deja correr (tanto por distancia como por desniveles y pendientes).
En el año 2011 no pude participar por una inoportuna lesión (un fuerte esguince tobillo) y tenia ganas de volver porque siempre habia tenido muy buenas sensaciones en participaciones anteriores. Este año el organizador ofrecía dos recorridos, uno corto de 14 km (practicamente idéntico al del 2010) y uno largo de 21 km de características similares pero más largo y con mayores desniveles acumulados. Me apunté al recorrido largo con el objeto de acumular kilómetros y "mortificar" un poco la "carne" para prepararla para objetivos mas ambiciosos.
Me resulta dificil hacer una estrategia en estas carreras fuera de asfalto y mas cuando desconozco el recorrido y no sé donde están las subidas y cual es su logitud y desnivel por lo que el planteamiento inicial era correr según las sensaciones de cada momento y llegar con fuerza a los últimos cinco kilómetros en descenso. Habia analizado someramente el recorrido y los primeros seis kilómetros eran practicamente los mismos que en 2010 por lo que conocía la primera subida por senda hasta la dorsal de la Sierra pero el resto del itinerario era desconocido.
Finalizada la primera subida (casi idéntica a la del año 2010) donde sólo hay que tener ciudado al adelantar a los corredores más lentos y gestionar bien los tramos a hacer andando (cuando la pendiente es demasido dura para encadenadar zancadas con soltura es más rapido y económico subir andando deprisa, impulsando fuerte, pero sin fase de vuelo en la zancada), la carrera se adentraba en terreno desconocido. A partir de ese momento intenté correr al límite de mi umbral aeróbico sin sobrepasarlo. La estrategia era correr en el límite tratando de disfrutar sin darlo todo, correr vivo pero reservando fuerzas para la parte final. Dificil pero... habia que intentarlo.
Las sensaciones siempre fueron buenas. El itinerio dicurria por pendientes no demasiado duras de terreno despejando (bancales de almendros) por senda bastante visible por lo que pude gestionar bien el esfuerzo (estaba disfrutando). Finalmete, el itinerario largo volvia a conectar con el corto en la pista de Fontellas y la parte dura habia finalizado, solo quedaba correr cuesta abajo los últimos kilómetros. La intención era correrlos a tope "quemando las naves", pensando en la técnica de carrera y braceando fuerte. Lo conseguí a medias. Realmete mantuve muy bien el tipo, "gustándome", pero no llegué entero hasta el final. A falta de dos kilómetros empecé a notar un ligero dolor muscular en la pantorrilla derecha y me dejé llevar, a buen ritmo, pero pensando en que la molestia no fuera a peor. Excelente, después de varias pruebas desilusionantes, sobre todo la media maratón de Zaragoza, encontraba las buenas sensaciones.
Valoración del nuevo recorrido. Desde que participo en la prueba no he repetido recorrido idéntico ningún año con lo que se pierden las referencias de participaciones anteriores. Esto resulta incómodo para los participantes que tengan esta prueba como un test de entrenamiento. Realmente la organización deberia esforzarse por fijar un recorrido definitivo.
No obstante, hay que tener en cuenta que las carreras de montaña son una disciplina joven donde los criterios para la clasificación de las pruebas todavia no están claramente definidos. Están buscando una carrera lo más atractiva posible para todos los corredores. Desde este punto de vista me parece acertado el proponer dos recorridos para atender necesidades distintas: el recorrido corto es una carrera de planteamiento similar a la Carrera del Ebro, una carrera fuera de asfalto, en su mayor parte por pistas de buen piso donde se pueden mantener ritmos vivos. El recorrido largo trata de parecerse más a una carrera de montaña aumentando distancia y desniveles acumulados y buscando sendas donde la forma de correr es distinta adaptándose mejor a las características de otro de tipo de corredor.
En 2010 corrí una carrera muy similar a la prueba corta de este año y resulta una carrera rápida y entretenida pero, para el que busca una carrera de montaña, resulta un poco descafeinada. No por la distancia sino por la distribución de esfuerzos (solo hay una subida y la pendiente solo es exigente en el tramo final, muy corto) y el excesivo kilometraje por pista donde prima el ritmo y cadencia del carredor de asfalto sobre la fuerza-resistencia del corredor de montaña. Por eso el planteamiento de hacer una carrera más larga saliendose de las pistas me parece muy acertada. Hay más subidas y bajadas con desniveles y longitudes variables lo que hace más dificl gestionar ritmos y estrategias. Las sendas obligan a pensar en como hacer los apoyos y las bajadas exigen técnica. Es una carrera completamente distinta.
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Me resulta dificil hacer una estrategia en estas carreras fuera de asfalto y mas cuando desconozco el recorrido y no sé donde están las subidas y cual es su logitud y desnivel por lo que el planteamiento inicial era correr según las sensaciones de cada momento y llegar con fuerza a los últimos cinco kilómetros en descenso. Habia analizado someramente el recorrido y los primeros seis kilómetros eran practicamente los mismos que en 2010 por lo que conocía la primera subida por senda hasta la dorsal de la Sierra pero el resto del itinerario era desconocido.
Finalizada la primera subida (casi idéntica a la del año 2010) donde sólo hay que tener ciudado al adelantar a los corredores más lentos y gestionar bien los tramos a hacer andando (cuando la pendiente es demasido dura para encadenadar zancadas con soltura es más rapido y económico subir andando deprisa, impulsando fuerte, pero sin fase de vuelo en la zancada), la carrera se adentraba en terreno desconocido. A partir de ese momento intenté correr al límite de mi umbral aeróbico sin sobrepasarlo. La estrategia era correr en el límite tratando de disfrutar sin darlo todo, correr vivo pero reservando fuerzas para la parte final. Dificil pero... habia que intentarlo.
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Valoración del nuevo recorrido. Desde que participo en la prueba no he repetido recorrido idéntico ningún año con lo que se pierden las referencias de participaciones anteriores. Esto resulta incómodo para los participantes que tengan esta prueba como un test de entrenamiento. Realmente la organización deberia esforzarse por fijar un recorrido definitivo.
No obstante, hay que tener en cuenta que las carreras de montaña son una disciplina joven donde los criterios para la clasificación de las pruebas todavia no están claramente definidos. Están buscando una carrera lo más atractiva posible para todos los corredores. Desde este punto de vista me parece acertado el proponer dos recorridos para atender necesidades distintas: el recorrido corto es una carrera de planteamiento similar a la Carrera del Ebro, una carrera fuera de asfalto, en su mayor parte por pistas de buen piso donde se pueden mantener ritmos vivos. El recorrido largo trata de parecerse más a una carrera de montaña aumentando distancia y desniveles acumulados y buscando sendas donde la forma de correr es distinta adaptándose mejor a las características de otro de tipo de corredor.
En 2010 corrí una carrera muy similar a la prueba corta de este año y resulta una carrera rápida y entretenida pero, para el que busca una carrera de montaña, resulta un poco descafeinada. No por la distancia sino por la distribución de esfuerzos (solo hay una subida y la pendiente solo es exigente en el tramo final, muy corto) y el excesivo kilometraje por pista donde prima el ritmo y cadencia del carredor de asfalto sobre la fuerza-resistencia del corredor de montaña. Por eso el planteamiento de hacer una carrera más larga saliendose de las pistas me parece muy acertada. Hay más subidas y bajadas con desniveles y longitudes variables lo que hace más dificl gestionar ritmos y estrategias. Las sendas obligan a pensar en como hacer los apoyos y las bajadas exigen técnica. Es una carrera completamente distinta.
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