18 marzo 2012

VI Carrera del Ebro. 11-03-2012

Llegó uno de los dias importantes del calendario. La predisposición era muy buena y la estrategia clara. Después de la experiencia del año pasado (me costó mucho acabar) queria guardar todas las fuerzas para el final. El plan era dejarme llevar por los toboganes del campo de maniobras de San Gregorio y comenzar a correr justo después de salir, en el descenso del resalte de Juslibol, para buscar el mejor ritmo en los últimos kilómetros llanos junto al Ebro.

El domingo 11 de marzo salió un día soleado y frío pero muy ventoso. Para mí unas buenas condiciones, necesito ambiento frío y seco y, otros años, el viento no había sido problema.

Tras el calentamiento habitual, la tensión de la salida (este año muy puntual) incrementada por un emotivo minuto de silencio en recuerdo de las victimas del atentado del 11 de marzo de 2004 y, tras el disparo, la liberación de energia y las ganas de correr con la ilusión de mejorar las prestaciones del año anterior. No obstante, mi idea fundamental era acabar con fuerzas ( el año pasado terminé muy desmotivado sufriendo en los últimos kilómetros por un terreno propicio para correr con ritmo).

La estrategia es poco exigente en los primeros kilómetros de ascenso al campo de maniobras asi que me acomodo en el pelotón sin luchar por posición ni hacer cambios de ritmo. Las sensaciones son buenas (18´:12" en el km 4). Al terminar la subida ya me doy cuenta de que el viento va a ser un problema. Otros años no molestaba pero este año, en las llanuras despejadas del campo de tiro, sopla con fuerza frenando la marcha. Es un nuevo factor a tener en cuenta sobre todo sabiendo que el primer kilómetro llano (desde Juslibol a la ribera del Ebro) es contra el viento. Quizá soy demasiado cauto en estos kilómetros pero sigo mi plan y me escondo en el grupo protegiéndome del viento sin forzar (39´:05" en el km 8). Entre el kilómetro 8,5 y 9,5 hay mil metros de cuesta arriba que, aunque se ven de lejos, se hacen largos. Aquí empiezo a ver que el recorrido no es el mismo (esta subida es nueva) pero me mantengo en mi estrategia de no correr fuerte hasta salir del campo de maniobras y subo despacio. Al final de la subida ya veo las vallas del límite del campo de tiro y el largo descenso que queda hasta a ellas, es el momento de empezar a correr. Me lanzo por la cuesta abajo buscando todas las fuerzas que tengo. Voy realmente fino ¿podré aguantar hasta el final?. Sólo queda un corto repecho bajando el resalte de los cortados de Juslibol y, después, 5km para correr a tope. Voy con cuidado bajando, guardando un poco de nervio para el último repecho y, superado este, me lanzo a por la meta. Bueno... ya no voy tan deprisa, los dos últimos kilómetros me han desgastado. Recupero en la segunda parte de la bajada y busco los kilómetros llanos con la esperanza de tener fuerzas para correrlos con ritmo. Contra el viento me siento realmente fuerte, corro con gusto. Pero, al alcanzar la ribera del Ebro y girar, quiero hacer un último cambio de ritmo con el viento a favor y no lo consigo. Las sensaciones son buenas pero no me siento correr deprisa. En el tramo del parking norte de la Expo noto un ligero bajón pero consigo recuperarme y termino con buenas sensaciones. Sin embargo el tiempo se ha ido a 1h:28´:07" casi un minuto más que el año pasado. He terminado mejor y disfrutado mas que el año pasado pero el tiempo, sobre un recorrido que creía muy similar, ha sido peor. No termino del todo satisfecho.


Para saber mas:
www.anuesport.org
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V Carrera del Ebro
IV Carrera del Ebro

08 marzo 2012

PR-TE 102. JOSA-LA HOZ DE LA VIEJA-JOSA

Aprovechando el viaje a la carrera de montaña del río Martín en Alcaine completé este recorrido que sigue el profundo barranco del río Sus o de la Cantalera. Ya hacía tiempo que tenía interés por explorar los profundos barrancos que, con nacimiento en las proximidades de La Hoz de la Vieja, descienden al río Martín. El que conocía mejor era el barranco Radón que desemboca en el Martín en Alcaine (parte del recorrido de la carrera del río Martín discurre por la parte final de su cauce seco entre el estrecho del Hocino y el cementerio) pero este barranco tiene interrumpida su continuidad por la cascada del Cubo. La otra posibilidad que contemplaba era la del barranco del Val (más al sur) por el que se podía bajar de La Hoz de la Vieja a Peñarroyas, pero no sabía si se podía acceder al cauce y si éste tenía continuidad. Finalmente, ha sido el barranco de la Cantalera (el más septentrional) el primero que he explorado y ello se debe principalmente al hecho de que en el Heraldo de Aragón del jueves 26 de febrero de 2012 viniera reseñado este PR TE 102 entre Josa y la Hoz de la Vieja.

Después de la carrera me acerqué a Josa y realicé un recorrido circular muy interesante enlazando las dos variantes entre Josa y La Hoz de la Vieja (ambas balizadas como PR). Dejé el coche frente al polideportivo en la parte baja del pueblo. Desde el polideportivo hay que cruzar el pueblo ascendiendo por la calle Mayor hasta la plaza y continuar por la calle Iglesia. Superada la Iglesia (que dejaremos a nuestra derecha) se desciende al cauce del barranco por una rampa cementada.

Remontando por el cauce del barranco pronto alcanzamos un poste con tablillas indicativas de PR. Aquí se separan los dos caminos que ascienden a La Hoz de la Vieja: a la izquierda continua el sendero tradicional entre los dos pueblos que asciende a los relieves de la margen derecha del barranco y discurre sobre los mismos alejándose del cauce. A la derecha continua una desfigurada senda que sigue el cauce del barranco. Yo continué a la derecha pués mi gran interés era superar el hocino de este barranco que, según la reseña, estaba equipado con peldaños metálicos y algunos pasamanos. Conviene seguir las indicaciones y continuar claramente hacia la derecha hasta alcanzar el trazado de una antigua acequia, porque el balizamiento del cauce hacia la izquieda nos saca fuera del barranco por la variante de las lomas.

Al alcanzar el trazado de la acequia el balizamiento se pierde pero no tiene ninguna dificultad progresar junto a la acequia por las trazas de la senda que sigue los bancales abandonados de la margen izquerda del barranco. A la altura de las ruinas del Molino Alto de Josa (25´) se recupera el balizamiento y la progresión continua alternativamente por una u otra margen del cauce sin que en ningún caso el vadeo resulte complicado. El tránsito resulta cómodo por un barranco despejado (la vegetación no ha invadido las riberas) con poco arbolado. Tan sólo destacan aislados grupos de chopos cabeceros cuya explotación, como la de los bancales que proliferan por las barranqueras subsidiarias, hace mucho tiempo que se abandonó.





Al alcanzar las ruinas de una gran paridera (1h 20´) el cauce se estrecha y la senda abandona el fondo del barranco para iniciar un pronunciado ascenso hacia la derecha por los relieves de la margen izquierda del barranco (estamos en la boca inferior del hocino). Un poste con tablillas indicadoras nos señala (con poca claridad) la nueva dirección que tenemos que tomar (una señal de PR equivocado en una gran roca nos confirma que no debemos continuar por el cauce). La traza de la senda no resulta del todo evidente y falta balizamiento pero debemos remontar toda la loma que se levanta por encima de la paridera y después continuar sobre el cauce del barranco hasta alcanzar un hombro rocoso sobre el primer meandro del hocino donde volvemos a recuperar el balizamiento del PR. El ambiente y el paisaje cambian repentinamente.El cauce herboso de un barranco suave se convierte en un torturado hocino rocoso donde el cauce se encaja en sinuosos meandros. Esta primera vista resulta espectacular.



La senda continua a media ladera sobre el cauce del barranco con contínuos ascesos y descensos para superar las dificultades del terreno. No es una senda, es una traza suficientemente clara forzada para poder superar las dificultades del hocino. No tiene un piso uniforme ni horizontal. Antes de alcanzar un segundo hombro aparecen los primeros equipamientos, primero unas grapas metálicas para descender un pequeño resalte rocoso de apenas un par de metros y después un pasamanos (una sirga para traccionar con las manos) que ayuda a remontar una pendiente rocosa. No son pasos difíciles (se puede prescindir de las ayudas) ni expuestos.

Superado el segundo hombro la traza desaparece y el camino discurre sobre unas afloraciones rocosas muy compactas y continuadas, con fuerte pendiente hacia el barranco. Sobre las rocas seguiremos la línea de pasamanos hasta alcanzar la boca superior del hocino, un bucólico lugar donde se levanta el Molino Viejo (todavía en buen estado de conservacion) y las ruinas de una gran paridera (1h 50´). Un poco mas arriba podremos ver el azud (colmatado) que permitía sacar el agua del cauce para alimentar el molino.





Siguiendo la linde de un campo conectaremos con una pista que seguiremos a la derecha. Unas tablillas indicadoras de PR nos informan que todavía quedan 3,3Km hasta La Hoz de la Vieja. Como mi intención es completar un recorrido circular volviendo por la senda de las lomas continuo hacia La Hoz de la Vieja tratando de localizar el desvío que cambie la orientación de la marcha para retornar a Josa. Es necesario llegar hasta La Hoz de la Vieja (2h 40´) ya que la variente de las lomas nace justo bajo el viaducto de la carretera (tablillas indicadoras).

El primer tramo discurre por una pista que, con fuerte pendiente, gana altura por los relieves de la margen derecha del barranco de la Cantelera (que desde el Molino Viejo vuelve a abrirse en un ancho barranco fuertemente roturado). Al alcanzar unos bancales con pinos de repoblación hay que abandonar la pista por una senda a la izquierda (tablillas indicadoras), senda que siguiendo los desniveles del terreno va progresando, muy bien señalizada, por lomas y barranqueras hasta descender al barranco de la Cantalera muy cerca de Josa. Enseguida se alcanza la bifurcanción inicial de sendas y después el pueblo de Josa (4h 40´). Hay que tener cuidado cuando el balizamiento se deteriore porque la senda cruza pistas unas veces y otras continua por ellas para volver abandonarlas con trazado complejo no excesivamente evidente.






05 marzo 2012

VII Carrera del Rio Martin. 04-03-2012

Después de participar en el Cross organizado por el Club Olimpo (una experiencia muy positiva) la primera prueba relevante de mi calendario es la Carrera de Montaña del Rio Martín que se celebra en Alcaine el primer domingo de marzo. Después del muy buen resultado del año pasado el planteamiento es distinto. El año pasado la carrera del Ebro se celebró en abril y esta carrera era un objetivo en sí misma pero, este año, al celebrase la carrera del Ebro justo el domingo siguiente (11 de marzo) se presentaba como una muy buena preparación.

Tras una semana de entrenamiento mal planificado decido acumular toda la carga posible este fin de semana y descansar hasta la carrera del Ebro. El sábado salgo a correr por las antenas de Juslibol durante una hora, exigiéndome en las cuestas y rodando suave en el llano. No sé muy bien como afectará a la carrera del domingo en Alcaine.

El domingo día 4 sale bastante bueno, la previsión era de lluvia pero, a primera hora de la mañana, luce el sol. Como el recorrido era el mismo del año pasado tengo muy pensada la estrategia: rodar suave en el bucle del pantano (5 kilómetros), hacer la subida hasta el pueblo sin subir muchas pulsaciones: andando en la cuesta de San Ramón y corriendo por las calles del pueblo ( el año pasado subí casi toda la cuesta de San Ramón corriendo y todo lo que gane con este esfuerzo lo perdí tratando de recuperar el aliento, crucé el pueblo andando y no pude reponerme hasta pasar la plaza) y tratar de correr todo lo que pudiera del kilómetro seis (a la salida del pueblo) hasta el once (en el cementerio), la subida final del Hocino es tan agónica que apenas influye en el resultado sólo hay que sufrir.

En la plaza de Alcaine somos un nutrido grupo de atletas esperando la salida que se da con mucha puntualidad a las 10:30 de la mañana. Como casi siempre y más, con esta salida cuesta arriba, salgo mal colocado sin luchar por posiciones adelantadas. El bucle inicial del pantano ya me da la primera información: paso el kilómetro 5 en 23´:35" (1 minuto y 45 segundos mas que el año pasado) y saco las primeras conclusiones: el entrenamiento del sábado se nota, y estoy menos fino que hace un año. No va a ser el dia de hacer marca. Con esta primera información me desilusiono pero trato de cumplir con el objetivo de entrenamiento duro y me aplico en el plan de la prueba porque queda lo mas duro: el paso por el pueblo del kilómetro cinco al seis.

La subida de San Ramón la hago andando, sin ninguna pretensión, pensando en correr por las calles del pueblo. El tránsito por el pueblo lo hago mejor que el año pasado, puedo atravesarlo corriendo en su totalidad (cuidado¡¡ dentro del pueblo todo es subida y la rampa anterior a la plaza se hace muy dura). Hasta el parking de coches la subida todavía tiene pendiente pero, desde ahí, la subida a Benicozar hay que hacerla a tope. En este tramo hay que buscar las sensaciones y el verdadero ritmo de la prueba y es en este momento donde aparecen todas las limitaciones (no estoy fino y bueno... corro pero no voy deprisa) son momentos donde piensas que si te vieras corriendo por la televisión dirias ¡¡ si iría mas deprisa andando ¡¡

Por fin termino la prueba abandonándome en la última subida (según el plan previsto) y termino en 1h:02´:28" de mi reloj) 4´y 37" mas que el año pasado. Pensando en positivo: un buen entrenamiento, duro y sin lesiones. La realidad, una pequeña desilusión.

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