11 enero 2010

VI ENCUENTRO INTERPIRENAICO RAQUETAS DE NIEVE (10-01-2010)

El pasado 10 de enero de 2010 se celebró en la estación de esquí de fondo de Somport el VI Encuentro Interpirenaico de Raquetas de Nieve organizado por la Federación Aragonesa de Montañismo, la Federacion Francaise de Montagne & Escalade y Acompagnaters en Montagne. Tenía ganas de conocer las sensaciones de progresar sobre nieve con raquetas. La moda de las raquetas de nieve es posterior a la técnica del esquí de travesía (cuando yo empecé a esquiar no existían las raquetas actuales ni la montaña invernal era accesible a un colectivo numeroso de montañeros) y siempre había pensado que el esquí era superior en prestaciones a las raquetas, no sólo por la posibilidades que da en los descensos, sino también por la seguridad y polivalencia en distintas condiciones de nieve. Quería contrastar mi estado de opinión al respecto con una prueba empírica y este Encuentro era una oportunidad inmejorable.

De Zaragoza salieron dos autobuses con animosos practicantes que nos acercaron hasta la estación de esquí de fondo de Somport. En el parking de la estación, con un día magnífico, nos equipamos con el material básico para este tipo de actividad (botas, polainas y raquetas para los pies, guantes y bastones para las manos, crema solar para la cara y gorro y gafas para la cabeza); y nos dividimos en pequeños grupos para realizar el itinerario.



Antes de empezar estan eran mis espectativas:

La técncica de las raquetas tenía que ser muy parecida a la técnica de cramponaje ya que la raqueta era un material plano, rígido y sin cantos. (La raqueta incorpora en la superficie de contacto con la nieve seis pequeños clavos para mejorar la adherencia en nieves duras)

Era una herramienta útil para nieves blandas y terrenos llanos. En nieves duras tendría muchos problemas de adherencia (los clavos son pequeños). En pendientes pronunciadas, al no tener cantos, habría que atacar la pendiente de frente o bien apoyar toda la supercie de la raqueta de forna lateral con una incómoda e insegura hiperextensión de los tobillos.



Después del breve recorrido por la dorsal que separa las estaciones de esquí de Candanchú y Somport (finalmente no se bajó hasta el bosque de Sasanet) estas son mis conclusiones:

A.- En cuanto a la técnica es lo más parecido a andar sobre nieve sin nigún elemento adicional. Es más útil cualquier práctica de andar sobre nieve por terrenos variados que andar con raquetas por una pista llana con nieve. Andar con raquetas no es lo dificil, lo dificil es andar por un terreno nevado y dominar con seguridad las dificultades de apoyar el peso en un terreno inestable. La raqueta no hace más fácil la progresión, sólo hace que te hundas menos y por lo tanto te canses menos.

B.- Sólo resultan verdaderamente útiles en terrenos de poca pendiente. Cuanto mayor es la pendiente tanto más incómodas e inseguras resultan porque al no tener cantos hay que apoyar siempre toda la superficie de la raqueta (para activar los clavos y hacer que sean útiles al morder la nieve) y cuanto mayor es la pendiente tanto mayor es la dificultad de apoyar toda su supeficie. En el ascenso puedes utilizar la técnica de apoyo frontal (las raquetas tienen unos dientes frontales en el patín movil que pueden morder la pendiente frontalmente) como si llevaras un crampón en lugar de unas raquetas. Pero en el descenso tienes que apoyar toda la superficie de la raqueta tanto si bajas de frente como si bajas a media ladera y ambas opciones son incómodas y tanto más difíciles cuanto mayor es la pendiente.

Además, en el descenso, la raqueta incorpora una dificultad adicional. Al ser una elemento rígido (como el esquí) transmite el apoyo del peso a toda su superficie. En el descenso, el apoyo del peso en el talón es un apoyo retrasado que se trasmite por toda la raqueta haciendo que se deslice hacia adelante incontroladamente (un apoyo retrasado en el esquí hace que pierdas todo el control sobre el mismo). La raqueta sólo permite estas dos alternativas o bajas de frente controlando la tendencia a deslizar de la raqueta o bien desciendes cruzanado el pie y la raqueta a la pendiente para evitar el deslizamiento (en escalera o haciendo una media ladera) y entonces exiges continamente la torsión lateral del tobillo (no quiero imaginar la tortura de una bajada larga, sería mejor quitarse las raquetas).



Para otra actividad quedan pendientes las tareas de contrastar las opiniones respecto a la calidad de la nieve, pero no parece descabellado pensar que, al igual que en el esquí, la mayor dificultad en la progresión con raquetas sea la calidad de la nieve. En terrenos llanos "todo vale", pero con nieves duras y nieves "costra" prefiero no imaginar las dificultades. Cualquier pendiente puede ser un reto sobre todo en el descenso.

Al respecto de la calidad de la nieve sólo una consideración que no había advertido inicialmente. Pensaba que las raquetas tenían que ser mas bien grandes para hundirte menos, pero después de esta actividad he advertido que es preferible todo lo contrario, unas raquetas mas bien pequeñas. La razón es que la raqueta hay que "sacarla del agujero" que ha creado al soportar el peso del cuerpo y en el proceso de compactación de la nieve una significativa cantidad de ella cae encima de la raqueta. Cuanto más grande es la raqueta más cantidad de nieve recoge y más peso hay que levantar. Además cuanto mas grande es la raqueta mas dificil es moverla con precisión y mas probable es que se atasque en los bordes de la huella dificultando la progresión.

Finalmente, las raquetas no soportan ningún tipo de comparación frente al esquí de travesia. Las raquetas no incorporan ninguna técnica adicional al andar, hacen más económica la progresión (según terrenos y nieves) porque al hundirte menos te cansas menos; pero limitan considerablemente las técnicas que puedes emplear (sin raquetas puedes cantear).

Para saber mas:
Comité de Raquetas de Nieve de la FAM

1 comentarios:

Anónimo dijo...
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